miércoles, 28 de octubre de 2009

Matrimonios felices (A150)


¿Sabía usted que el matrimonio es el mejor antídoto contra la violencia de pareja? Eso afirma, sin medias tintas, la agencia propagandística católica Zenit, reproduciendo un análisis del Instituto de Política Familiar (IPF) español, que muestra que los crímenes y agresiones entre miembros de parejas casadas son muchos menos, en números absolutos y relativos, que los que se verifican entre parejas “en relaciones sentimentales” (parejas de hecho).


No hace falta escarbar mucho porque la falacia está a la vista. El matrimonio y la baja criminalidad de pareja no tienen un vínculo causal demostrado, sino sólo una correlación. Si existe un vínculo causal, es muy posible que el orden sea al revés del (des)informado por el IPF y repetido ansiosamente por la propaganda católica: una pareja de novios donde existe un nivel de violencia verbal o física podría simplemente ser menos propensa a terminar en matrimonio. Esto suena lógico (aunque tampoco está probado).

Llamar al matrimonio “antídoto contra la violencia” no es sólo engañoso sino también sumamente irresponsable: sugiere que es verdad el mito en el que tantas mujeres ingenuas víctimas de agresión terminan creyendo, aquél del “cuando nos casemos él va a cambiar” (desde luego los hombres podemos ser y somos igualmente ingenuos en ocasiones; pero la mayoría de las agresiones de pareja son de hombres hacia mujeres, y no al revés). El matrimonio es un antiguo contrato que en sus diversas formas ha servido (entre otras cosas) para crear un ambiente estable para la crianza de los hijos; no es una receta mágica para esa estabilidad, ni para el bienestar de la pareja. Esta obviedad está en directa contradicción con la idea del matrimonio como forma automáticamente superior de convivencia. Una pareja donde existe violencia no va a ser “curada” por el matrimonio; al contrario, un matrimonio en esas condiciones hace más difícil para la víctima escapar de la agresión. Más todavía si hay hijos de por medio, dato que el análisis del IPF no aporta.

Existen formas científicamente probadas de tratar con hipótesis de causalidad, pero un estudio de esta clase no es una de ellas, y citarlo con ese titular es de una falta de ética abismal.

El IPF proclama ser independiente de religión alguna. Sin embargo, su contenido publicado podría obtener el imprimatur eclesiástico sin que el obispo tuviera que pararse a pensar. Todos los tópicos de la guerra cultural del integrismo contra el siglo están allí. La verdad es que tiene todo el aspecto de ser una organización de fachada de la Iglesia Católica, de las que se han puesto de moda para instalar en la sociedad ideas con visos de seriedad y objetividad científica, que en realidad no son más que propaganda.

lunes, 26 de octubre de 2009

Píldora del día después, suspendida en Perú (A149)

Los pomposamente autotitulados “pro-vida” están felices porque en Perú una corte de justicia, a instancias de una asociación civil católica, ha cercenado uno más de los derechos reproductivos de las mujeres: el derecho a evitar un embarazo luego de una relación sexual no protegida, por medio de la droga levonorgestrel, componente de la mal llamada “píldora del día después” (PDS). O mejor dicho, el derecho de las mujeres pobres, que no pueden comprar la droga, ya que el fallo judicial sólo impide la distribución gratuita de la PDS por el estado; quienes tengan dinero podrán adquirirla en las farmacias como de costumbre.

Poco puedo agregar a lo que ya escribí hace más de un año, cuando una corte argentina de la provincia de Córdoba suspendió la distribución de la PDS en los centros de salud estatales. Científicamente, la posibilidad de que el levonorgestrel impida la implantación de un óvulo fecundado existe, aunque no está probada. El embarazo, por definición médica, comienza cuando el óvulo fecundado se implanta en la pared del útero (o en otro lugar, en el peligroso caso de un embarazo ectópico), de manera que incluso esta pequeña posibilidad de que se pierda un óvulo fecundado no constituye un aborto.

No obstante, la influencia cultural y política del catolicismo ha conseguido introducir en las legislaciones de muchos países (e instalar en las esferas de poder) la idea de que la vida humana comienza con la concepción, es decir, el momento en que el óvulo es fecundado por el espermatozoide. Lo cierto es que “vida humana” es un término muy vago, y peor es “persona” como sujeto de derecho. Si bien el cigoto tiene indudablemente ADN humano, eso es prácticamente lo único humano en él: no sólo es microscópico, sin órganos, sin sistema nervioso y por supuesto sin sensaciones ni consciencia, sino que además tiene bastantes probabilidades de ser expulsado espontáneamente por el organismo de la mujer, sin que ésta llegue a enterarse.

Es desgraciadamente muy sencillo, para los integristas católicos, imponer sus doctrinas a los demás en América Latina: basta con hacer una campaña de desinformación, encontrar políticos temerosos de ser tildados de abortistas o “anti-vida”, y apelar a cortes judiciales de orientación conservadora utilizando evidencia científica defectuosa o distorsionada. La pelea contra los derechos no termina jamás.

sábado, 24 de octubre de 2009

Carta contra la censura, publicada en La Capital

Mi carta sobre la pretendida censura a León Ferrari fue publicada hoy (sábado 24 de octubre) en la edición impresa de La Capital, como “destacada” (según me cuentan), con el título de "Ofensa" religiosa (comillas en el original). En cuanto consiga el ejemplar en papel lo escanearé y lo pondré aquí como modesto trofeo. Por el momento,  He aquí la captura de pantalla de la edición online:


Y la noticia escaneada de la edición de papel:




Como el diario publicó mi e-mail, esperaba algún mensaje. No fui defraudado: recibí uno de un creyente ofendido (no aquél a quien respondí) que planteaba todo tipo de cuestiones ajenas al tema, como de costumbre (que si Dios existe, que nadie ha podido probar que no existe, que Jesús no es un mito, que el cristianismo es una religión que trae paz y amor...). Si obtengo permiso publicaré ese e-mail y mi respuesta.

En este momento hay cinco comentarios en la versión online. Los dos primeros son algo incoherentes; luego hay uno de un tal gabrielc que por lo que he visto es un habitué del diario, creyente recalcitrante y pedestre, y después un par de lo que parecen ser ateos (el n° 5: “Cristo debe estar revolviendose en su tumba…”).

No estaría mal un poco de ayuda con el puntaje, y linkear la página de la carta desde blogs, Facebook, etc. Se trata a fin de cuentas de un diario de circulación regional considerable. Ejem.

viernes, 23 de octubre de 2009

Fanáticos llorones (A148)

La prédica mentirosa contra las leyes antidiscriminatorias ha llegado a Argentina. Como sabemos, la mayoría de las religiones tienen una serie de cosas que sus escrituras sagradas o su tradición declara inmorales sin justificación. La homosexualidad es una de las más notorias. Ante la posibilidad de ser privados de su derecho a denigrar a los gays, los católicos fanáticos del Diario Pregón de La Plata están enojadísimos; sus camaradas de la bizarra Radio Cristiandad los acompañan en el sentimiento y expresan un fingido temor.

Aclararé desde el principio que yo no soy partidario de la supresión de los discursos discriminatorios, en tanto no inciten a la violencia. Además del principio de libertad de expresión, me parece algo ridículo que un organismo estatal sancione a alguien por decir algo en público, cuando sabemos que eso sólo le servirá para hacerse la víctima y seguir diciendo lo mismo en privado, acaso en peores términos, acaso entre personas más recalcitrantes. No corremos el riesgo, en Argentina, de que el discurso del catolicismo integrista sea adoptado por la población en general y se transforme en un movimiento. No en este momento, al menos. O sea que, personalmente, no me parece mal que en Radio Cristiandad demonicen a protestantes, judíos, homosexuales, progresistas, kirchneristas, supuestos masones, etc. Nadie que no tenga la cabeza lavada previamente puede leer la clase de basura que los blogs fascisto-católicos argentinos profieren y tomársela en serio; su audiencia es autoseleccionada.

Esto viene a cuento de que hay un proyecto para incorporar a la Ley Antidiscriminatoria la figura de discriminación por género y orientación sexual:
Una lectura bíblica -aún dentro del templo- podría ser interpretada como un acto discriminatorio y el que la predique llevado ante los tribunales.
Se modificaría también el Código Penal
… lo que permitiría encarcelar a cualquiera que “alentare o incitare” la discriminación por “orientación sexual”. Con expresiones tan vagas, todo el que defienda el orden natural sería pasible de sanción penal. Por ejemplo, se podría enviar a prisión a padres que se opongan a que un activista homosexual imparta clases de “orientación sexual”, con material gráfico, a un hijo de cinco o seis años.
Sin haber leído el proyecto, no puedo decir mucho más, pero dudo mucho que estas hipérboles tengan el menor sustento, especialmente cuando en Argentina (que yo sepa) jamás, jamás de los jamases, se ha encarcelado a nadie por un delito de discriminación.

Por otro lado, no veo ningún problema con que un maestro homosexual dicte clases de educación sexual con gráficos a un niño. Sí me parece mal que activistas católicos con cuello clerical dicten, como se hace en los colegios católicos, clases donde se les enseña a los niños que todo sexo que no sea entre heterosexuales casados es inmoral y debe ser reprimido. Pero mal que mal, es derecho de los padres someter a sus hijos a esa clase de indoctrinación, de la que por fortuna la mayoría se librarán por sus propios medios cuando aprendan a pensar por su cuenta.

miércoles, 21 de octubre de 2009

Saramago sí entiende la Biblia

Los cortesanos de Dios están indignados con José Saramago, clamando que que sus “ofensas” muestran su ignorancia sobre la Biblia. Los autoproclamados expertos, que con incomparable humildad pretenden interpretar la palabra del mismísimo creador del universo, acusan a Saramago de falta de rigor y de “ingenuidad sentimental”. Todo porque el Premio Nobel de Literatura dijo, mientras promocionaba su novela Caín, que la humanidad estaría mejor sin la influencia que ha tenido la Biblia sobre ella.

La verdad es que la mayoría de las personas, incluyendo muchos de los creyentes más devotos, no han leído jamás la Biblia, o no han ido más allá de algunos pasajes seleccionados por el cura o pastor. Como obra literaria, la Biblia es de una calidad muy variable. El Antiguo Testamento comienza con un menjunje de mitos orientales mal coordinados, prosigue con una historia casi totalmente ficticia sobre el pueblo hebreo, y prodiga incestos, violaciones, pillajes y genocidios sin medias tintas, entremezclándolos con leyes bárbaras y sacrificios sangrientos que asquearían a cualquier persona civilizada moderna, y con listas aburridísimas de antepasados y descendientes. En pocos y decisivos capítulos, condena a la mujer a ser la causa del pecado y de la separación entre el hombre y Dios, y maldice a toda la raza humana por el pecado de la pareja original; comanda el exterminio de pueblos enteros, de infieles y herejes, de adúlteras y de homosexuales.

Llega Jesús, que a base de una profecía y una palabra dudosas termina siendo hijo de Dios y de una virgen. Este Jesús tan pronto perdona a una prostituta como mata una higuera por no dar fruto; justifica departir con recaudadores de impuestos pero no muestra tolerancia por los humildes mercachifles del Templo; manda el amor a todo el mundo y después ordena a sus discípulos rechazar a sus mismas madres y hermanos... Mateo y Juan se las arreglan para justificar dos milenios de antisemitismo por el cargo de “deicidio”. Entra en escena Saulo de Tarso, y con el furor de los conversos edifica una religión que llama a sus seguidores a permanecer castos a la espera del fin del mundo, inaugurando una cultura de represión sexual que aun no se ha extinguido.

Llegamos al final, literalmente, con el Apocalipsis, que bajo algo que parece un viaje de LSD oculta una masa de simbolismos que ya no nos dicen nada, aunque eran comunes en boca de los predicadores fanáticos de la época, y que todavía inspiran a algunos peligrosos locos de hoy.

Yo creo que Saramago sí entiende la Biblia, y que no está haciendo más ni menos que otros de sus intérpretes, con la crucial diferencia de que él no la considera una guía moral, ni inspirada por una inteligencia superior, sino meramente una obra de hombres, con todo lo que eso pueda significar. Saramago es un teólogo y un exégeta sui generis. Espero poder leer y disfrutar pronto Caín, como disfruté El Evangelio según Jesucristo.

martes, 20 de octubre de 2009

Derecho a censurar

Lo que sigue es una carta que envié al diario La Capital de Rosario en respuesta a la misiva de un ciudadano que quiere censurar la obra de León FerrariLa civilización occidental y cristiana, expuesta actualmente en el Museo Municipal J. B. Castagnino (de Ferrari y la intolerancia ya escribí hace poco). Ignoro si será publicada.
Con referencia a la carta del Sr. Edgardo Glavinich, "Lifschitz, no ofenda a los cristianos", publicada el lunes 19 de octubre, quiero aportar mis ideas.

Primero, el Sr. Glavinich generaliza diciendo que la imagen de Cristo crucificado sobre un avión de combate, de León Ferrari, es "desagradable y repudiable para todo cristiano". Siendo que las guerras han causado la muerte y llevado la miseria a tantas personas (y lo siguen haciendo), no me cabe duda de que esta versión modernizada de Jesús es muy apropiada para representar el sufrimiento de la humanidad, por el que Cristo vino al mundo, según el mito cristiano.

Segundo, desconozco las creencias del Sr. Glavinich, pero entiendo que es un creyente que cree en la laicidad del estado ("siguiendo con los postulados que dictan mis creencias, le solicito al señor intendente que tenga a bien conservar dichas expresiones artísticas en el espacio privado"). Siendo coherente, debería pedir también la abolición de las procesiones, el retiro de las vírgenes y crucifijos que abundan en plazas, hospitales y otros lugares públicos. Estoy seguro de que el Sr. Glavinich no estaría de acuerdo con esto, como tampoco la mayoría de los creyentes de Rosario.

Tercero, el Sr. Glavinich tiene todo derecho a sentirse ofendido, a protestar y a expresarse públicamente en contra de lo que le desagrada, pero no tiene derecho a pedir que se suprima aquello que lo ofende. Tal derecho, si existiera, vaciaría de contenido el "respeto de las diferencias" que él sugiere al intendente. Obligar a alguien a salir de mi vista para existir no es respeto.
La lectura atenta de la carta de Glavinich revela un fondo más profundo que el simple escándalo del creyente devoto ante una imagen no autorizada de su dios. Aquí hay cuestiones políticas claras (el hombre se dirige directamente al intendente Miguel Lifschitz, no a las autoridades del museo ni a la administración municipal en general) y otras más oscuras (su referencia al "enfrentamiento de los ciudadanos" es un tópico de la derecha actual y además remite a cuestiones más antiguas que nos son familiares a los argentinos; es una contrapartida de los pedidos de "reconciliación nacional" de la Iglesia Católica, que se traducen como indulto a los criminales de la dictadura de 1976–1983 que ellos apoyaron).

A estos temas no respondí por razones de brevedad, pero cabe aclarar que el gobierno socialista de Rosario nunca ha tenido enfrentamientos graves con las comunidades religiosas, y de hecho el ex-intendente Hermes Binner (actualmente gobernador de Santa Fe) y el actual, Miguel Lifschitz, nunca han roto con la tradición colonial de acompañar las ceremonias católicas y de dar espacio a la jerarquía eclesiástica en las fiestas cívicas, aun siendo ellos (se presume) no creyentes. No obstante, los creyentes conservadores no perdonan el compromiso de la administración con las políticas de género, de derechos humanos, y de derechos sexuales y reproductivos, que ven como una avanzada del progresismo sobre la represión impuesta por el catolicismo.

lunes, 19 de octubre de 2009

Anti-derechos no es pro-vida (A147)

De cómo las asociaciones fachada de la Iglesia Católica en Argentina atacan los derechos sexuales y reproductivos, usando recursos legales, presiones y amenazas:
Un juez de un alto tribunal del país fue echado de la Universidad Católica Argentina (UCA), donde se desempeñaba como profesor de un posgrado en Derecho Administrativo, como consecuencia de haber avalado en un fallo la realización de un aborto terapéutico, no punible, claramente contemplado en el Código Penal. Un cirujano y ginecólogo pampeano fue desplazado del principal hospital de Santa Rosa donde se desempeñaba, tras promover la realización de ligaduras tubarias sin obstáculos arbitrarios y apoyar la práctica de abortos no punibles sin exigir una autorización de la Justicia. En Rosario, los concejales que aprobaron una declaración que pide al Congreso que debata los proyectos que legalizan la interrupción voluntaria de embarazo (IVE) recibieron fuertes presiones y amenazas de muerte de grupos antiderechos vinculados a la Iglesia Católica. Son algunos ejemplos, recogidos por una investigación de Página/12, de los mecanismos que usan los sectores más conservadores para intentar impedir el ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos en el país y censurar la apertura de un debate amplio en torno del problema del aborto en la Argentina…
Leer la nota completa: “Métodos para interrumpir un debate pendiente”, por Mariana Carbajal, en Página/12.

viernes, 16 de octubre de 2009

África en la mira (A146)

A Benedicto XVI le ha gustado África, continente donde —en su reciente visita, de la que supimos por el escándalo que armó por sus mentiras sobre el preservativo— descubrió mucha miseria, sometimiento, pobreza, superpoblación, enfermedad, conflictos armados, represión violenta, ignorancia y superstición: terreno fértil para cualquier religión, e ideal para una creencia arcaica, represiva y oscurantista como el catolicismo tradicional que él impulsa.

Así pues, el continente africano ha tenido la mala fortuna de quedar apuntado en la lista de prioridades de la multinacional católica, como nueva tierra de promisión para los vendedores de culpa y redención. Sus terribles condiciones materiales elevan su valor: “África representa un inmenso pulmón espiritual para una humanidad que parece estar en crisis de fe y de esperanza.” Esto nos trae los ecos de la Madre Teresa de Calcuta y su amor por los pobres y enfermos; tanto los amaba, que celebraba su existencia y su continuo sufrimiento. África es valiosa para el catolicismo porque sus habitantes, que sufren todo tipo de indignidades, se aferran por ello desesperadamente a Dios, y son blanco fácil de misioneros y de prédicas retrógradas. Qué bueno, piensa Benedicto, que el progreso material les es negado; si tuvieran sus necesidades materiales satisfechas, si tuvieran sociedades funcionales, con un mínimo de justicia, podrían olvidarse de obedecer a los sacerdotes...

Pero entonces, ¿cuáles son los problemas de África que sí preocupan a la Iglesia? Benedicto tiene la respuesta, que previsiblemente es la misma que siempre: África está amenazada primordialmente por dos “patologías”: el materialismo nihilista y relativista occidental y el fundamentalismo religioso. De lo segundo ya sabemos que es amenaza cuando es el fundamentalismo de los otros; el fundamentalismo católico, para Benedicto XVI, es simplemente la religión correcta cuando no hace compromisos con la modernidad.

Sobre el relativismo tenemos la idea (repetida insistentemente por el Papa y sus acólitos, y por tanto casi seguramente falsa) de que es una importación occidental, o más bien una imposición: “desechos tóxicos espirituales” que las naciones desarrolladas depositan en el prístino continente africano, condicionando ayudas monetarias a la aceptación de políticas ajenas a la cultura local. Los africanos, según esta tesis, no tienen capacidad para reflexionar, como han hecho otros pueblos, y decidir que la sumisión de las políticas de estado, de los derechos humanos, de la ciencia y de toda la cultura a una religión dogmática es una receta para el subdesarrollo, para la división y para la discriminación. Ni siquiera tienen la capacidad de mirar al resto del mundo y copiar lo que ven que funciona. Lo único que tienen (y lo único que tendrán si siguen los consejos de Benedicto) es fe. ¡Felices las víctimas, porque de ellas nos alimentaremos!

jueves, 15 de octubre de 2009

Elogio de la insolencia

“A las insolencias reaccionarias de la Iglesia católica hay que responder con la insolencia de la inteligencia viva, del buen sentido, de la palabra responsable. No podemos permitir que la verdad sea ofendida todos los días por presuntos representantes de Dios en la Tierra, a los que en realidad sólo les interesa el poder.”

martes, 13 de octubre de 2009

León Ferrari y la intolerancia

El nombre del artista plástico León Ferrari suele aparecer unido a esa palabrota, “intolerancia”, de la que se abusa con facilidad. En el caso de Ferrari, no obstante, es difícil decir que no esté bien empleada, por cuanto sus obras han sufrido la intolerancia de los creyentes (católicos, sobre todo) casi en cada ocasión en que han sido expuestas. Resulta desconcertante verla aplicada al mismo Ferrari, como en esta carta de lectores al diario La Capital, aparecida el pasado día 6 de octubre:
León Ferrari, en un diálogo que mantuvo antes de su muestra inaugural en el museo Juan B. Castagnino, declaró: "La religión cristiana es de una intolerancia terrible porque quienes no piensan como los cristianos van a ser castigados con torturas terribles y que Cristo significa la crueldad de la religión". Entiendo que don León quedó anclado en los años 80 con sus ilustraciones del Nunca Más; además del respeto que me merecen sus 89 años de edad.
Quien escribe la carta (un señor de nombre Enzo Diamelio) dice mucho más de lo que dicen sus palabras: su aparatosamente mala redacción apuntaría a que Ferrari es incoherente; su mención del respeto que le merecen sus años implica que es un viejo gagá; su presunción de que Ferrari ha quedado anclado en los 80 lo muestra como perteneciente a esa clase despreciable de creyentes cobardes que miraron para otro lado mientras los militares y la policía torturaban y asesinaban a miles y luego pasaban por la iglesia y salían perdonados del confesionario.

El estilo discursivo y artístico de Ferrari puede ser radical e intolerante, pero esta falta de tolerancia de un hombre que ha visto mucho mal, hacia quienes lo cometieron y lo defienden todavía hoy, no pasa de notas periodísticas y de sus montajes e instalaciones. Sus detractores no han sido tan amables: además de las campañas furibundas pidiendo su censura, en el año 2000 un grupo religioso arrojó granadas lacrimógenas y basura al interior de una galería donde se exponía su muestra Infiernos e idolatrías; en 2002, la municipalidad de Rosario censuró otra muestra de Ferrari para evitar episodios de violencia como los ocurridos tres años antes cuando una fanática religiosa destruyó una obra “obscena”; en 2004, en el Centro Cultural Recoleta, un par de católicos causaron disturbios y derribaron una estatua de Ferrari, y otros fueron detenidos por destruir una instalación artística al grito de “¡Viva Cristo Rey!”.

Mientras transcurrían estos incidentes, Ferrari fue denunciado penalmente por la Mesa Ampliada de Diálogo Argentino (compuesta por representantes de la Iglesia Católica, de las iglesias evangélicas, del judaísmo y del Islam) y por el Centro Islámico, por “discriminación religiosa e incitación al odio religioso”. Todo esto en medio de acusaciones de blasfemia y de ofensa a los sentimientos religiosos del pueblo argentino, dos cosas que (afortunadamente) no son delito ni pueden serlo jamás en una legislación seria, pero que lanzadas al aire por líderes religiosos pueden ciertamente incitar a los violentos.

domingo, 11 de octubre de 2009

Permítame que me carcajee

Nada grave por aquí, simplemente una de esas opiniones que causan risa:
Un prestigioso científico jesuita dedicado actualmente a explicar las consecuencias metafísicas de los últimos descubrimientos astrofísicos, aseguró que estos hallazgos dejan poco sitio al ateísmo.

… [P]ara el jesuita, filósofo y físico Robert Spitzer, ex rector de la Universidad Gonzaga, la astrofísica contemporánea es "la llave científica para probar la existencia de Dios, pero desafortunadamente muy pocos conocen estos hechos científicos".
Sin ser científico, me considero bastante informado sobre las teorías cosmológicas y los hallazgos astrofísicos actuales, y la verdad, mi ateísmo no se ha visto sacudido por una revelación. Ciertamente es posible que, de alguna manera absolutamente inexplicable para nosotros, una entidad extra-cósmica sea la responsable de la creación de nuestro universo, pero para todos los fines prácticos da lo mismo si existe o no, justamente porque de existir estaría fuera de nuestra experiencia y de nuestro alcance. (Toda otra elaboración es teología, o sea, simple retórica.)

En su triple condición de hombre religioso, filósofo y científico, Robert Spitzer debería saber que la existencia de su dios no puede ser probada por la ciencia, y que aun si los descubrimientos modernos sobre astrofísica apuntan a un sugestivo enigma, lo que está en el corazón de ese enigma no tiene muchas posibilidades de ser precisamente su dios.

sábado, 10 de octubre de 2009

Brasil, sometido al Vaticano (A145)

Con severa aprobación ante el lento desmoronamiento de la laicidad en el país más grande y religiosamente diverso de América Latina, ACI reporta que el concordato inconstitucional entre Brasil y la Iglesia Católica ha sido aprobado por la comisión pertinente en el Senado brasileño y pasó al pleno, donde (según O Globo) fue votado afirmativamente por la mayoría el pasado jueves 8.

Algunos senadores evangélicos protestaron por el manifiesto privilegio otorgado a la Iglesia Católica. El acuerdo garantiza la educación religiosa “católica y de otras religiones” en la escuela pública, y hay algunos interesantes puntos de índole legal:
[El acuerdo] deja en claro que no existe ninguna relación laboral entre los religiosos y las instituciones católicas. Es una medida de la iglesia para protegerse de las reclamaciones de los hombres que dejaron el sacerdocio.
Además de esto se le otorga a la Iglesia inmunidad legal para sus bienes, lugares de culto y objetos sagrados.

El senador Geraldo Mesquita Jr. (del Partido del Movimiento Democrático Brasileño, PMDB) explicó su disidencia con los que dicen que el acuerdo es simplemente una ratificación de las relaciones entre la religión mayoritaria y el estado: “Ya no es la palabra de la Iglesia, sino la de una entidad que tiene un acuerdo con el estado.” El presidente del PSOL (Partido Socialismo y Libertad) también descalificó a los que dijeron que el acuerdo es simplemente uno más entre dos estados que ya tenían relaciones diplomáticas: “Lo que se firmó es un acuerdo religioso, no uno comercial.”

Lo cierto es que el acuerdo reafirma muchas situaciones y leyes preexistentes que ya eran dudosas o  intolerables en un país de tradición laica y tan diverso como Brasil, y lo que agrega es todavía peor.

viernes, 9 de octubre de 2009

La Sábana Santa no es un milagro (A144)

Hace unos días, un investigador italiano llamado Luigi Garlaschelli presentó al Comité Italiano de la investigación de las Afirmaciones de lo Paranormal (CICAP) una prueba más de que el Sudario de Turín, o la Sábana Santa como la llaman los devotos, es una falsificación medieval. La Sábana es el lienzo que supuestamente envolvió el cuerpo muerto y sangrante de Jesús durante las escasas horas en que estuvo en su tumba.

Ésta es una prueba más porque, en verdad, ya se ha demostrado sobradas veces que esta reliquia es una falsificación, de las muchas que en la Edad Media fueron encargadas a artistas del engaño por iglesias y catedrales para atraer a los peregrinos y sus contribuciones monetarias.

Garlaschelli y su equipo se limitaron a hacer lo que todos los píos eruditos que veneran el Sudario siempre dijeron que era imposible hacer: después de muchas pruebas y con unos pocos miles de euros, crearon con relativa facilidad una reproducción de la Sábana Santa usando sólo materiales disponibles en la época medieval. Científicos franceses, de hecho, ya habían hecho algo parecido en 2005, y otros incluso antes. En 1988 la datación por carbono 14 del lienzo reveló que fue tejido (como muy pronto) hacia 1260, pero los guardianes de la reliquia negaron los resultaron alegando que se habían tomado por error muestras de un remiendo medieval, o que la proporción isotópica del carbono de la tela había sido alterada por un incendio (documentado) en el lugar donde se guardaba... pero rehusaron entregar otro trozo de la tela para confirmarlo. De hecho, nadie sabía nada de la Sábana Santa hasta 1357, e incluso el Papa, poco después, afirmó que no debía ser más que una ingeniosa falsificación.

Los partidarios de la reliquia simplemente (y a priori, porque ni siquiera han podido ver la copia) se niegan a aceptar que Garlaschelli haya demostrado la falsedad de su ídolo de tela, basándose en “las conclusiones multidisciplinarias, que a lo largo de más de 100 años, científicos de todos los credos y especialidades han realizado en la Sábana Santa”. De hecho, ante un objeto extraordinario como es supuestamente la Sábana Santa no pueden hacerse valer las conclusiones de “sindonologistas” de hace un siglo, ni mucho menos, máxime cuando se trata de personas cuya única “especialidad” es la reverente defensa “científica” de la reliquia, y cuya fama proviene de publicar libros y dar conferencias sobre la tela a otros tan crédulos como ellos.

Contamos hoy en día con múltiples y variados medios para corroborar la autenticidad del Sudario de Turín, medios que no teníamos, o que no estaban tan avanzados, hace un siglo, ni hace veinte años. Pero el Sudario no ha sido expuesto desde el año 2000, y nadie tiene acceso a él, manteniéndolo convenientemente fuera del alcance de todos esos escépticos e irreverentes que queremos saber en vez de creer.

La Iglesia no tiene una posición oficial sobre la autenticidad del Sudario, pero tal como ocurre con muchas otras supuestas manifestaciones sobrenaturales que atraen al público y alientan la fe de los simples, ha permitido que surja un culto en su torno. Así se evitan problemas si en un futuro algún pontífice decidiera dejar de sostener la charada.

Como comentario aparte: la agencia de propaganda católica ACI publica la negación oficial como ”Sábana Santa es irreproducible, dice experto ante intento de copia”, sin ofrecer vínculos hacia ninguno de los muchos sitios de noticias que explican lo que Garlaschelli hizo. La política oficial de ésta y otras agencias es la defensa de lo que a la Iglesia le resulte conveniente, enmascarada como protección de los lectores ante la confusión y la mentira. Hoy en día, así como los científicos tienen muchas formas de ignorar la censura que antes ejercía la Iglesia sobre ciertos campos del saber, los ciudadanos comunes contamos con muchos medios de buscar la información que se nos niega... aunque por supuesto, los creyentes devotos no los emplean.

jueves, 8 de octubre de 2009

Eppur non si muove (A143)

Los feligreses de una parroquia de Belén, Catamarca, afirman que vieron moverse una imagen de la Virgen de Fátima, y uno desearía que los medios que reportan la noticia lo dijeran de esa manera y no simplemente “la Virgen de Fátima se movió”, puesto que la susodicha virgen, si existe en algún sentido discernible, no se encuentra en la estatua, y el supuesto movimiento no se repitió ante testigos confiables.

Evidentemente, el cura es el testigo menos confiable de todos. En todas las épocas y culturas, el sacerdote ha sido el encargado de inducir esta clase de pequeños milagros y portentos para avivar la fe de la congregación. En este caso particular, el cura aprovechó para incitar al rezo del mantra católico conocido como “rosario”, cuyo mes se está celebrando (ignoro por qué octubre es el mes del rosario, o qué significa esa designación; ¿será más efectivo en esta época? ¿la Virgen tiene agendado?) pero que la feligresía no acostumbraba rezar.

La provincia de Catamarca, situada al pie de los Andes del norte de Argentina, es propensa a los movimientos sísmicos; sin más, en 2004 hubo uno de magnitud 6.5 en la escala de Richter, al año siguiente uno de magnitud 4.5, y otro de 5.3 en marzo de 2009. Que una estatua de yeso se mueva “sola”, a causa de un microsismo de los que deben estar ocurriendo constantemente en la zona, no sería extraño.

Tampoco sería extraordinario que un grupo de personas muy devotas, crédulas y deseosas de misterio se sugestionaran al punto de ver tambalearse una imagen de la Virgen. Que algunos que no vieron nada raro mientan, tampoco, y que luego recuerden sinceramente haber visto algo aunque no hayan visto nada (reconstrucción retrospectiva de la memoria) no está fuera de las capacidades de la mente humana. Esta clase de cosas están documentadas.

Si yo viera moverse sola una estatua, estaría encantado por saber la causa. Pero hay quien desea creer en vez de saber...

miércoles, 7 de octubre de 2009

Entre Ríos Laica: disertación y debate

Después de la manifestación el sábado por la mañana en la Plaza 1° de Mayo, Entre Ríos Laica y todos los demás nos movimos hacia una dependencia de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER) donde se realizarían disertaciones y una ronda de debate sobre varios temas. Fue una corta caminata al calor del mediodía (era un día primaveral hermoso).

Panelistas

El lugar era pequeño y hubo poco público, aparte de los asistentes a la manifestación, pero el debate mostraría después que importa más la calidad que la cantidad. (Hubiera sido un asunto muy distinto, quizá más útil como difusión de la causa, pero también más complicado, debatir seriamente en un auditorio con cien o doscientas personas.) Mirko Pacoricona, en representación de ERL, presentó sus objetivos y agradeció a todos por venir. Luego disertaron (no recuerdo si en ese orden particular):
  • Fernando Lozada, de Ateos Mar del Plata, sobre el proyecto de ley de “libertad religiosa” que criminaliza las agresiones verbales contra ministros religiosos, entre otras violaciones a la libertad de expresión;
  • Cristina Ferreyra, de ArgAtea, quien leyó un Manifiesto Laicista compuesto por la asociación, delineando los problemas actuales de la separación Iglesia–Estado en Argentina;
  • Paola Raffetta, que fue despedida de su trabajo como profesora en la Universidad del Salvador (USAL) por haber hecho pública (fuera de su clase) su apostasía, y quien habló de los mitos orientales sobre la mujer;
  • Andrés Miñones, de Apostasía Colectiva, sobre la experiencia de esta iniciativa y los prospectos para el futuro.
Me resultó especialmente entretenida la breve disertación de Paola, que nos contó en forma de historia sencilla y gráfica sobre la transposición de los mitos sumerios, que daban a la mujer un rol más positivo, a los de civilizaciones posteriores y a través de ellos a los hebreos y al cristianismo. De un paraíso en forma de jardín, creado y cultivado por diosas que lo cuidaban de las depredaciones de los dioses masculinos, se pasó a un jardín vigilado celosamente por un dios macho y machista, que no dudó en condenar a toda la humanidad por la desobediencia de la primera mujer. Dos mil años después de esta condena, bromeó Paola, se buscó rescatar a la humanidad y a la mujer, trayendo a Dios al mundo a través de una mujer joven cuya figura representa un insulto: María, joven casada a la fuerza con un hombre mayor siendo ella apenas una adolescente, sin posibilidad de elegir cuándo o con quién iniciar su vida sexual; María, a quien se pone como modelo femenino porque eligió (supuestamente) negarse a su sexualidad, ser sumisa y morir virgen.

Andrés habló de la posibilidad, o más bien del deseo factible pero difícil, de realizar una campaña de apostasía colectiva a nivel latinoamericano. En Argentina, aunque no se efectivizaron todavía muchos pedidos de apostasía, más de mil personas adhirieron a la campaña y se informaron, a pesar de los escasísimos recursos de que se disponía, y el tema llegó a varios medios locales y nacionales, logrando que el debate de esta cuestión que para muchos es académico o poco prioritario se instalara por un tiempo. En el resto del subcontinente la situación de la laicidad y la influencia de la Iglesia varían grandemente (sólo Uruguay es más laico que nuestro país; Brasil ha experimentado retrocesos importantes; Chile todavía es un territorio difícil).

Después de las disertaciones, se invitó a los asistentes a hacer preguntas y plantear cuestiones. Un profesor de la universidad, invitado por sus alumnos, habló bastante sobre la herencia laicista de la provincia de Entre Ríos, celebrando que el movimiento, antes próspero y combativo y luego suprimido, estuviera volviendo a nacer. Una representante local del INADI (Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo) planteó los problemas y las connotaciones de la palabra “tolerancia” (que se había mencionado antes) y su preferencia por una solución de convivencia.

El laicismo puede adoptar variados enfoques, desde uno plenamente antirreligioso a uno de simple separación legal. El primero utiliza la crítica para atacar la raíz de la fe religiosa como productora y justificación de “verdades” inflexibles, que yo mismo he tratado aquí, aunque parece más difícil y su objetivo inalcanzable. El segundo se limita a pedir la eliminación del vocabulario y las presunciones metafísicas religiosas de las leyes, el retiro de símbolos religiosos de los lugares públicos, y otras medidas, tendientes al objetivo de máxima de reducir la práctica de la fe religiosa a un hecho privado. Mi opinión es que la segunda táctica cosechará casi tantos rechazos como la primera, ya que para la religión dominante (el cristianismo), no existe la división entre lo público y lo privado en materia de fe, ni la posibilidad de ser un creyente solitario (“iglesia” significa “asamblea” y el mismo Jesús la conforma como grupo).

De otras cosas que se hablaron, y largamente, ya no me acuerdo, pero basta decir que fue una charla sumamente iluminadora y diversa. Terminamos, cerca de las dos de la tarde, con unas empanadas obsequiadas por el INADI. Marisa y yo volvimos a casa, después de pasar el resto de la tarde conociendo la ciudad y tomando un helado, muy satisfechos y contentos de haber conocido a tanta gente amable y pensante.

martes, 6 de octubre de 2009

Entre Ríos Laica: en la plaza

Entre Ríos LaicaEl sábado 3 de octubre por la mañana nos despertamos temprano y después de un baño y un desayuno reparadores fuimos hasta la Plaza 1º de Mayo, que es la plaza principal de Paraná (presidida, como es costumbre en casi todas las ciudades argentinas, por la iglesia matriz), para la manifestación convocada por Entre Ríos Laica. Éramos los primeros en llegar, o eso creímos.

Al poco rato nos encontramos con Fernando Lozada, y enseguida con Paola Raffetta, con unos chicos de la UBA que habían venido por su cuenta a documentar el evento, y con Cristina Ferreyra, de ArgAtea (a quien conocía sobradamente de nombre, pero que nunca había visto personalmente). La gente de Entre Ríos Laica empezó a montar el equipo de sonido para la radio abierta, que condujo Jorgelina Londero, y a desplegar la bandera con el logo de la agrupación (que Mirko describió, a mi pedido, en el video que posteé el domingo), mientras que los integrantes de Apostasía Colectiva pegaban sus respectivos carteles. Había muy pocos transeúntes para un sábado, a decir de Jorgelina, aunque a mí no me lo pareció, y poco después el tráfico aumentó.

ApostatáNaturalmente, la gente comenzó a frenarse y mirar. La radio abierta comenzó a oírse: canciones ateas y escépticas, una grabación de un sketch sobre políticos que no respetan la laicidad, y después cortos reportajes en vivo y en directo de Jorgelina a los demás. Salieron a relucir los boletines de Ateos de Mar del Plata y folletos de Apostasía Colectiva (con el lema ¡NO EN MI NOMBRE!). Habiendo sacado bastantes fotos, Marisa y yo nos pusimos a ayudar en la repartición de folletos.

Tengo que decir que la gente resultó muy amable; muy pocos se apartaban o rechazaban el papel que se les entregaba, y muchos incluso daban las gracias. Unas pocas personas se acercaron a dialogar. Yo hablé con uno, que quería saber de qué se trataba el asunto pero que no emitió opinión alguna; un señor mayor se paró a discutir con otro de los chicos (no recuerdo ahora quién), por lo que entendí, tratando de convencernos de que no se puede dejar la Iglesia porque “una vez bautizados es parte de nosotros y no se puede renunciar a una parte de nosotros mismos” (o algo a ese efecto); otro, para mi sorpresa, se detuvo a comentar que él ya había hecho su apostasía.

Renzo, entrevistadoEl medio digital Elonce se acercó para entrevistar a Renzo sobre el propósito de Entre Ríos Laica. No pude escuchar lo que se dijo, pero espero que pronto podamos verlo.

Catedral de ParanáMe llamó la atención que un cierto número de personas pasaban y se persignaban. Es costumbre aquí persignarse al pasar frente a una iglesia, aunque la mayoría de la gente lo hace sólo cuando pasa en un vehículo, y no al pasar a cien metros de distancia (la catedral estaba al otro lado de la plaza). No intenté entregarles folletos a ésos; Renzo, por el contrario, dijo que esas personas eran precisamente un target, aunque no vi cómo le resultaba.

Para mí fue la primera vez que repartía folletos haciendo activismo de esta clase. No temo sonar ingenuo al decir que me resultó muy estimulante la sensación de estar llegando a la gente. Un blog es por naturaleza público y abierto, pero no implica el mismo tipo de exposición que estar en la calle, donde cualquiera puede cruzarse con uno e interpelarlo, y donde todo el que pase, incluyendo personas que jamás han leído un blog (mucho menos un blog ateo), es un posible converso. Sólo lamento no haberlo hecho antes... y no haber intentado entregarle ese último folleto a esa monja anciana que pasó a mi lado.

Terminadas las entrevistas, agotado el material de difusión, y con el mediodía casi sobre nuestras cabezas, nos fuimos caminando despacito hacia la UNER.

Continuará...

lunes, 5 de octubre de 2009

Entre Ríos Laica: cena en Paraná

Como les contaba, el viernes por la tarde Marisa (mi novia) y yo salimos para Paraná para participar de la convocatoria de Entre Ríos Laica. En rigor los eventos estaban programados para el sábado, pero decidimos aprovechar la oportunidad para conocer la ciudad de Paraná (cosa que pudimos hacer, un poco) y estar descansados al otro día (cosa que no pudimos).

En la semana me había contactado con Andrés Miñones, a quien conocía virtualmente de Apostasía Colectiva y quien iba a venir desde Buenos Aires con su familia, y con Mirko Pacoricona, de Entre Ríos Laica, a quien no conocía más que a través de Facebook (y por referencias de Lisandro Carnielli, el ya localmente famoso “Dr. Gen”, que creció en el mismo pueblo que Mirko). Nos instalamos en el Paraná Hostel (que recomiendo) y salimos a dar un paseíto. Más tarde quedamos con Mirko en encontrarnos a cenar, todos los presentes hasta el momento.

Junta de herejesLa idea de ir el viernes resultó ser muy buena, ya que nos dio la oportunidad de compartir una cena y una conversación viva y estimulante con personas inteligentes, comprometidas, con ánimo y capacidad para organizar —casi sin recursos, sin apoyo de grandes contactos— una campaña naciente por la laicidad del estado. Además de Mirko estaban, por Entre Ríos Laica, Renzo y Tincho (¡no supe sus apellidos!); Andrés y su compañera, Andrea, y su hijo; Jorgelina Londero, periodista y activista feminista; más tarde llegaron Fernando Lozada y su compañera, Noelia, desde Mar del Plata (Fernando es el presidente de Ateos Mar del Plata y organizador del Congreso Nacional de Ateísmo, evento al que no pude asistir el año pasado pero que no me perderé el año que viene).

Cerveza, queso, fiambre y discusiónComo suele ocurrir cuando la cerveza corre y no hay apuro por irse, la conversación se puso entretenida; dados los asistentes, además, sumamente interesante. No es con frecuencia que uno participa en una charla informal donde las tangentes que se disparan resultan siempre valiosas. Lamentablemente me olvidé mi libretita de notas y, como también suele ocurrir, la cerveza y el sueño subsiguientes me hicieron olvidar los detalles finos de todo lo que se dijo, aunque recuerdo claramente un contrapunto entre Mirko y Renzo apoyando el materialismo y el método científico como formas únicas de conocimiento objetivo vs. el relativismo cultural y el escepticismo ante la posibilidad de objetividad y verdad (respectivamente); en este asunto yo estaba más de acuerdo con la primera tesis, no obstante lo cual me fue posible ver las virtudes de la segunda.

De hecho esto marcó un punto que suele escapárseles a los creyentes, especialmente los fundamentalistas, que no frecuentan las discusiones sinceras: uno puede apoyar el laicismo y puede ser ateo de muchas maneras, y tanto el consenso como la divergencia (alternativas que las religiones dogmáticas no toleran) son válidos. No se busca la pureza moral o la preservación de las ideas caras a uno mismo, sino un compromiso que funcione.

Además de esto, Fernando nos comentó sus planes para el Congreso de Ateísmo, que se realizará (si no hay cambio de planes) en Semana Santa de 2010, fecha más que apropiada para causar un impacto mediático y social. En efecto (aclaro esto para los lectores de fuera de Argentina) el fin de semana largo que termina en la Pascua es el pico del turismo fuera de las vacaciones de verano, y Mar del Plata es una localidad turística clásica, donde afluyen cientos de miles de visitantes, incluso al comienzo del otoño en que el mar y la playa ya no son una opción. Un congreso realizado en esa fecha compite y se posiciona frente al turismo tradicional, y no podrá menos que ser notado a nivel nacional.

Fernando también comentó la idea de celebrar en Buenos Aires, en septiembre de 2010, la convención sudamericana de la Atheist Alliance International (AAI), que podría traer a Argentina a figuras como Daniel Dennett, quizá Richard Dawkins, y hasta quizá Christopher Hitchens. Si esto no pone al movimiento ateo, laicista y escéptico argentino en la palestra, no sé qué podrá hacerlo.

Nos fuimos a dormir pasadas las dos de la mañana. Mañana les cuento lo que ocurrió al otro día.

Continuará...

domingo, 4 de octubre de 2009

Entre Ríos Laica: presentación

El viernes 2 por la tarde partimos, mi compañera y yo, hacia la ciudad de Paraná, capital de la provincia de Entre Ríos, para participar (al día siguiente) en los eventos convocados por Entre Ríos Laica: una manifestación pública en favor de la laicidad del estado y una mesa de exposición y debate sobre el tema en dependencias de la UNER (Universidad Nacional de Entre Ríos).

Como hay bastante que contar, comienzo por dejar que Mirko Pacoricona, uno de los miembros de ERL, nos explique el significado de su bandera.



El movimiento laicista está formado sobre todo por ateos y agnósticos, pero no es necesariamente antirreligioso (de esto hablamos luego). Según los tiempos, la laicidad ha surgido como reivindicación o como reclamo ante distintos tipos de influencia religiosa en el estado. La bandera de Entre Ríos Laica sigue el tema de la diversidad: que todas las creencias (tanto religiosas como de cualquier otra clase) puedan convivir y dar lugar a una sociedad saludable, como un árbol donde sus ramas no se molestan unas a otras y reciben sin distinciones los beneficios de la sociedad, contribuyendo a ella armónicamente.

sábado, 3 de octubre de 2009

Ateísmo para todos

Tengo aquí una editorial de Ariane Sherine (la periodista que inició la campaña del bus ateo en Gran Bretaña) en la sección Comment is free (Cif) del diario británico The Guardian. Se llama Atheism's open-door policy (“La política de puertas abiertas del ateísmo”) y, aunque en principio el título sugiere el tema de los supuestos requisitos para ser (un buen) ateo, trata específicamente con una crítica al perfil socioeconómico y educativo de los ateos modernos. Lean el extracto que he traducido, y sigan.
El viernes, el editor de creencias de Cif Andrew Brown escribió: "Es enteramente posible que el libro de Ariane Sherine sobre el disfrute de una Navidad atea se venda esta Navidad; pero llegado el año nuevo, no se lo encontrará en la repisa del baño sino en lavatorios amablemente calefaccionados por Agas." Su afirmación es que los ateos (o "nuevos ateos", como confusamente nos llama —¿somos los que nos negamos a quedarnos callados?—) son snobs "educados y profesionales", y que usamos nuestra falta de creencia como excusa para mirar desde arriba a la gente de clase trabajadora: "Obviamente, no se usa más denigrar a las clases trabajadoras por ser propensas al ocio, portarse como animales, oler mal o reproducirse demasiado. Pero es perfectamente correcto denigrar a los 'faithheads'* por todas estas cosas: eso demuestra que uno es ilustrado. Es pura coincidencia que los despreciables creyentes sean en su mayoría también de clase baja."
* faithhead: término coloquial derogatorio, con el significado 'creyente devoto' o 'adicto a la fe', por analogía con palabras como crackhead, 'persona adicta al crack'.
Este pensamiento es desconcertante e incorrecto en todos los niveles. Los ateos que conozco tienen una sola cosa en común: no creemos en Dios. Más allá de eso se pueden hacer muy pocas generalizaciones; nuestra clase social, herencia étnica e ideología política son con frecuencia extremadamente distintas (aunque hay una correlación marcada entre el ateísmo y ser liberal, es decir, creer que todo el mundo tiene derecho a hacer y decir lo que le guste y expresarse como lo desee siempre y cuando sus acciones sean pacíficas y no dañen a nadie). […]

El libro que he editado y al que Andrew se refiere, The Atheist's Guide to Christmas ["La guía atea para la Navidad"], brinda un claro ejemplo de cuán diferentes pueden ser los ateos. Cuenta con la participación de 42 escritores librepensadores (28 hombres, 14 mujeres), de edades entre 26 y 79, muchos de los cuales tienen poco en común aparte de su amabilidad y generosidad de espíritu (cada uno de ellos ha contribuido gratis su tiempo y su talento). Con suerte neutralizará los estereotipos sobre la demografía de los ateos: 12 contribuyentes son de minorías étnicas, mientras que cuatro son de los mayormente religiosos Estados Unidos. Muchos de los estilos y visiones de los contribuyentes no podrían ser más distintos […].
Los lectores memoriosos quizá recuerden que se habló aquí brevemente del asunto relacionado de si el ateísmo es para privilegiados, como serpentinamente sugirió Raniero Cantalamessa, predicador vaticano, en una de sus homilías hace no mucho tiempo. La crítica de Andrew Brown es más directa. Efectivamente, para quien sigue el fenómeno del ateísmo militante por los medios globales más importantes, pareciera que los ateos son casi todos hombres blancos con estudios profesionales, de buen pasar económico y felizmente instalados en sociedades secularizadas. O al menos, que los ateos que no estamos en esa posición (ciertamente privilegiada) tenemos a esa clase de personas como referentes.

Como dice Sherine en su refutación, esto es una falsedad que se demuestra fácilmente. Dejemos de lado la obvia cuestión de la definición de diccionario del ateo. Muchas personas que no creen en Dios, o que no saben muy bien en qué creen, no se llaman a sí mismas ateas. Descartemos los casos de rebeldía adolescente y similares, así como los casos de ateos “intuitivos” e indiferentistas (y ya estamos yendo demasiado lejos).

Nos quedan un cierto número de ateos mentalmente maduros, que han hecho introspección, que han refutado para sí los más comunes argumentos teístas utilizando recursos lógicos y científicos básicos. ¿Es más probable, para quien pertenece a este grupo, tener una educación y un cierto nivel de confort material, además de pertenecer a una cultura y a un grupo social que permita o aliente el librepensamiento? Claro que sí. ¿Es necesario? Por supuesto que no. ¿Alguien ha pretendido que lo sea? No, ¿quién podría hacerlo con alguna autoridad?

Si Richard Dawkins se autonombrara Papa del Ateísmo y proclamara que sólo pueden ser ateos quienes conozcan todos los recovecos de la teoría de la evolución y tengan un doctorado y tiempo libre suficiente para asistir a sus conferencias, todos los ateos del mundo se le reirían en la cara y procederían a ignorarlo.

El fenómeno mediático del “Nuevo Ateísmo” es sólo la punta del iceberg. A medida que las sociedades occidentales se secularizan y la información se globaliza, las nuevas generaciones crecen con más oportunidades de encontrar y adoptar alternativas a sus sistemas de creencias tradicionales. La desigualdad socioeconómica se manifiesta aquí, pero sólo hasta cierto punto. Hoy en día no hace falta ser rico para tener una conexión a internet y leer a los clásicos de la filosofía materialista y del librepensamiento, por no hablar de tener acceso a divulgadores como Dawkins. La pobreza no es obstáculo para ejercitar el sentido común que revela a los dioses como absurdos.

La idea de personas como Andrew Brown, de Raniero Cantalamessa y de muchos otros, ateos inclusive, sobre el “lujo” del ateísmo, esconde una condescendencia aún mayor que la que atribuyen a los supuestos “nuevos ateos”: en efecto, lo que dicen sin decirlo es que los pobres, los marginados, los sufridos, necesitan la muleta de la religión para seguir adelante con sus vidas.

Mi opinión personal es que no debemos caer en esa trampa. Aunque nunca he sido realmente pobre, sí he vivido malas épocas. El período de mi vida en que me libré de la religión fue el de mayor penuria material que recuerdo. Conozco, por otra parte, a personas que tienen dinero, una buena familia, un buen trabajo, una capacidad intelectual manifiesta, y no obstante profesan sin pestañear creencias de lo más patéticas y ridículas. La información que necesitan está ahí, pero no les interesa utilizarla.

El ateísmo no es elitista. Hoy en día no hay excusa para no plantearse las preguntas importantes, y responderlas.

viernes, 2 de octubre de 2009

Rumbo a Entre Ríos

Si todo ha andado bien, en este momento estoy emprendiendo viaje hacia Paraná, Entre Ríos. Estaré allá al caer la tarde, me daré un paseíto, pasaré la noche en un hostel, y mañana por la mañana, después del desayuno, marcharé a la Plaza 1º de Mayo para acompañar la manifestación organizada por Entre Ríos Laica. Después les cuento cómo fue eso.

jueves, 1 de octubre de 2009

Juegos semánticos contra el aborto (A142b)

Por casualidad, luego de escribir sobre el aborto en mi artículo sobre la “Marcha de los Escarpines”, me encuentro con una nota del “experto en religiones” (en realidad un apologista católico) del diario La Nación, Jorge Rouillon, comentando los dichos de la ministra de la Corte Suprema de Justicia Carmen Argibay sobre la despenalización de la interrupción del embarazo.

Rouillon es columnista de actualidad religiosa pero habla (muy sucintamente) del aborto como un tema de la ley, de la ética y de la biología. Inevitablemente uno recuerda a los católicos que, para no ser identificados como fanáticos intolerantes sin argumentos reales, proclaman que el aborto es un crimen porque “está probado científicamente” que la vida humana comienza en el instante de la concepción, porque “hay tratados internacionales” que lo prohíben, o porque es contrario a la “ley natural”. Si todo esto es así objetivamente, ¿por qué lo escuchamos invariablemente de creyentes conservadores de ciertas facciones religiosas, y casi nunca de alguien más? *
[E]l arzobispo de Tucumán, Luis Villalba, dijo que el niño concebido, no nacido, es "el ser más pobre, vulnerable e indefenso que hay que defender y tutelar". Y el grupo Defendé tu Especie señaló que si algunos países castigan a quienes destruyan huevos de tortugas de mar, no debería tratarse peor al ser humano por nacer.
El arzobispo cae en la táctica (que comenté en lo de la Marcha de los Escarpines) de llamar “niño” al embrión o feto, y después viene la apelación a la empatía. Para el arzobispo, eliminar del organismo de una mujer un conjunto de células que sólo tiene de humano el ADN, y que incluso podría perderse sin que la misma madre se diera cuenta, es lo mismo que asesinar a un niño, o eso al menos es lo que quiere hacernos sentir. A juzgar por la falta de comillas en la primera parte de la frase, Rouillon suscribe esta visión. La expresión “niño no nacido” es un hallazgo lexicográfico brillante de los sectores cristianos conservadores.

Lo de los huevos de tortuga es casi un reflejo de una reciente campaña de la Conferencia Episcopal Española contra el aborto, a esta altura ya infame por su bajeza y sus notorias falacias, que mostraba a un lince ibérico y a un hermoso bebé, lado a lado, notando que el animal estaba más protegido por la ley que el humano, como si de pronto el gobierno les hubiera dado a las madres licencia para matar a sus vástagos cuando se les diera la gana. El grupo “Defendé tu Especie” recurre a la misma grosera falacia, utilizando imágenes similares, aunque más relacionadas con nuestro subcontinente. La obviedad de que cualquier persona puede matar a un yaguareté si se dan motivos suficientemente graves se les escapa.

Rouillon finaliza con el anuncio de un congreso sobre “el silencio que impera ante el síndrome posaborto”, sin mencionar que dicho silencio seguramente se debe al hecho de que tal síndrome no existe, y recuerda palabras de un genetista que “decía que si al embrión con dos meses en el seno materno -todos lo fuimos- se le roza el labio superior con un pelo, agita el cuerpo con un movimiento de huida”, para dejarnos con una imagen conmovedora emanada de alguien con apariencia de autoridad, aunque en absoluto relevante. Efectivamente, todos hemos sido embriones, y no lo recordamos: porque no teníamos memoria, consciencia ni funciones cerebrales superiores.

* Como en mi artículo anterior, aclaro que debo matizar los términos. Hay ateos que consideran inmoral el aborto por razones propias y atendibles, así como creyentes liberales que expresan su oposición de esta manera. Con todo, la correlación es bastante clara: la mayoría de los que están contra la legalidad del aborto justifican su postura por un criterio abstracto de “defensa de la vida”, que en mi opinión personal suele ignorar la complicación de los hechos biológicos concretos.