martes, 30 de septiembre de 2008

Alerta 42: Ecuador y su Constitución

Ecuador acaba de aprobar por referendum una nueva constitución nacional, impulsada por el presidente Rafael Correa, que (con sus puntos oscuros, que los tiene) debe ser de las más progresistas de América y del mundo. Como era de esperarse, las iglesias, las clases altas y la derecha política se aliaron para denostarla, montando una durísima campaña por el No.

La Iglesia Católica, siguiendo su antigua y viperina tradición, se colocó oficialmente por encima de las miserias de la política y al mismo tiempo hizo una campaña que envidiarían Obama y McCain. La Conferencia Episcopal Ecuatoriana lanzó un comunicado que comenzaba diciendo "No nos corresponde como Obispos asumir una actitud política. Nos corresponde, en cambio, iluminar las conciencias de los católicos con la doctrina del Evangelio…". En Guayaquil, con la presencia del líder de la CEE y arzobispo local, Antonio Arregui, se instó a decenas de miles de fieles a "reflexionar" sobre la nueva Constitución. "Y ay del feligrés que reflexione distinto de lo que le hemos iluminado", podría haber agregado.

La organización ultracatólica HazteOír se hizo eco de supuestas amenazas al arzobispo Arregui y a la organización antiabortista ProVida, acusando al presidente Rafael Correa de alentar a la gente a insultar y ridiculizar a los católicos. (Correa recomendó a los que escucharan sermones contra la constitución levantarse en misa y gritar "Padre, usted es un mentiroso, no me venga a hacer política en esta iglesia." Bruto pero pertinente, diría yo.) El tema preferido de HazteOír y de los católicos integristas en general es la persecución a la que supuestamente están sometidos.

Ahora que el referendum constitucional ganó por el con dos tercios del voto popular, la Iglesia quiere dialogar ("siempre hemos estado abiertos al diálogo"). Difícil creerlo luego de que descalificaran la Constitución por su "manifiesta aceptación del aborto, perversión de la institución familiar, sofocante totalitarismo estatal en materia de educación, restricciones a la libertad religiosa" y otras cositas de este tipo, señaladas como "innegociables". Sospecho que el diálogo pasará por conservar los privilegios que la Iglesia tiene, como en todos los países de nuestra pobre América Latina, en muchísimos campos, como herencia de la colonización española; en particular la financiación estatal a la educación religiosa, por la cual el pueblo paga para que a sus hijos los adoctrinen en la escuela pública. Estoy adivinando, pero no creo estar lejos.

Acabo de darme cuenta que si uno toma los puntos "innegociables" ut supra mencionados, resulta mutatis mutandis una descripción sucinta de muchos gobiernos que la Iglesia ha apoyado, especialmente en el siglo XX: "manifiesta aceptación del terrorismo de estado, perversión de las instituciones políticas, sofocante totalitarismo eclesiástico en materia de educación, restricciones a la libertad religiosa". Como que suena conocido, ¿no?

1 comentario:

  1. Pablo:
    Soy integrante de ArgAtea, y participo en la edición de la Gaceta. Nos gusta mucho el sitio y queríamos pedirte autorización para publicar algunas notas.
    Si podés contactarme a mi correo o decirme donde puedo escribirte.

    Gracias y saludos

    ResponderEliminar

Dejá tu comentario sobre el tema de este post aquí. Por favor, utilizá un nombre o seudónimo. Si querés opinar o hablar de otro tema, usá el Buzón de sugerencias.